Margarana

Margarana tiene una bolsa de tela blanca donde guarda los años que va dejando atrás. Cuando un año termina Margarana lo estruja, lo hace una pelotita y lo guarda en esa bolsa de donde cada tanto saca uno al azar. Y así como todo un árbol brota de una semilla, del año hecho una bolita brotan los recuerdos que Margarana ha ido acumulando poco a poco: recuerdos de un prado donde se aburre en verano, de un oso de peluche que llora en un baúl o de un muchacho que la mira ceñudo desde detrás de un árbol ¿Está enojado o es solamente tímido? - piensa Margarana - ¿Será que no se atreve a hablar? El joven suspira. Margarana sonríe. Entonces se decide y le lanza un ovillo de lana para enredar con él los caminos de sus vidas o para ayudarla a orientarse a través de un laberinto – con un minotauro torpe que la persigue – un laberinto que es también una ciudad donde Margarana - que ya no es más una niña – busca trabajo entre un montón de hombres misteriosos que la acechan, como acechaban a Ulises las sirenas en el medio del mar. 

Esos recuerdos a veces se confunden porque la historia de Margarana contiene muchas otras historias, como esas muñecas que contienen muñecas, una más pequeña que la otra. Salvo que en la historia de Margarana las niñas, las mujeres y también los niños y las viejas brujas malas que esconde en su interior, no son ni más ni menos pequeñas que la misma Margarana. Tanto que a veces piensa que no es ella la que cuenta esas historias, sino que son más bien esas historias las que la cuentan a ella. Así como así nomás. Por eso la historia de Margarana es una historia especial entre todas las historias. 

Y no sólo por eso. 

Es que la historia de Margarana es también la historia de mi vida, mi propia historia, la que les voy a contar. 

Y ustedes sabrán disculpar si de tanto en tanto se me mezclan otros relatos de otras vidas o de otros tiempos, porque mi memoria, a fuerza de entrelazar cuentos, se ha vuelto un poco torpe y de tanto en tanto, cuando intento por ejemplo, acordarme de mi primer novio, me embarullo y en lugar de un dentista me saca a pasear un príncipe y en lugar de un ramo de flores me regala un anillo con un diamante en cuyo interior habita un genio maligno que no sabe si existe, pobrecito, y que se la pasa todo el día pensando, pensando, pensando...*

* Margarana obtuvo el Tercer Premio en el Quinto Concurso de Novela Los Jóvenes del Mercosur y fue publicada por la editorial Comunicarte en 2012.